Hablar de sustentabilidad en forma pasiva es enfocarnos en el fundamento del cuidado del entorno, el paisaje y la vida y al mismo tiempo obtener su máximo beneficio no solo energético, sino también en salud y bienestar con el menor impacto posible.
Uno de los mandatos de la arquitectura es dar cabida a las acciones del ser humano en un espacio diseñado con los elementos para que allí se desarrollen con máximo esplendor y potencia.
Aprovechar la energía en forma pasiva es alinearse con uno de los principios energéticos que rigen al universo: la ley del menor esfuerzo, haciendo uso de la naturaleza, la tecnología y los materiales forma óptima, inteligentemente a nuestro favor, con el menor impacto negativo, el máximo beneficio, además de ahorros significativos cuando las casas ya están siendo habitadas.
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